La ventilación desempeña un papel importante en el mantenimiento de un intercambio uniforme de aire limpio en los hospitales.
Sin embargo, cuando una gran cantidad de personas se desplaza por espacios abiertos en los hospitales, con un estado infeccioso desconocido, un enfoque de flujo de aire normal para el control de la infección por aerosol no es suficiente para impedir la propagación de contaminantes en el aire.
Tecnología de plasma frío = tecnología de filtración eléctrica avanzada
La enfermedad nosocomial puede transmitirse por el aire, a grandes distancias, por contacto directo o indirecto, o por una combinación de ambas rutas. Por lo general, las vías de transmisión de las infecciones adquiridas en el hospital se dividen en tres categorías: medidas personales, controles administrativos y controles de ingeniería.
Los controles personales y administrativos se entrelazan, ya que los primeros no pueden gestionarse sin los últimos. Las medidas personales están dirigidas a pacientes, visitantes y personal, y pueden incluir diversas acciones, como lavarse las manos, usar máscaras, quitarse las joyas y reducir el contacto físico (como estrechar manos). Entre los métodos de control de ingeniería, se incluyen la ventilación del edificio, el uso de HEPA y otras formas de limpieza del aire. La ventilación hace referencia al suministro de aire exterior en un edificio y su circulación por él.
Si se puede demostrar que una enfermedad se transmite por el aire, la importancia de la filtración resulta evidente. Aunque la transmisión por contacto de la enfermedad es la causa de la mayoría de los casos de infecciones intrahospitalarias, la transmisión a través del aire es más difícil de controlar, si bien se trata de un grave problema en el que la descontaminación eficaz del aire desempeña un papel importante para limitar la propagación.
Detrás de las funciones de la ventilación en el control de infecciones, hay dos principios físicos básicos. El primero hace referencia a la disolución de patógenos en el aire y el segundo es el control del desplazamiento de los patógenos en el aire de un espacio a otro.
"A diferencia de HEPA, la filtración eléctrica ofrece la ventaja de capturar y eliminar microbios vivos".
Diversas normas definen lo que se considera un filtro HEPA válido. Las dos normas más habituales requieren que un filtro de aire elimine (del caudal de aire) un 99,95 % (norma europea) o un 99,97 % (norma ASME) de partículas con un tamaño mayor o igual a 0,3 µm. La norma HEPA se comercializó en la década de 1950. Hoy en día, se pueden medir partículas mucho más pequeñas y se ha detectado la necesidad de una descontaminación adicional del aire.
La tecnología de filtración eléctrica avanzada (o de plasma frío) permite complementar la ventilación para el control de infecciones transmitidas por el aire en los hospitales. A diferencia de HEPA, la filtración eléctrica ofrece la ventaja de capturar y eliminar microbios vivos. La tecnología tiene la capacidad de capturar contaminantes de todos los tamaños. Por lo general, se trata de una solución adicional flexible y móvil para hospitales, en los que se necesita una cantidad variable de salas limpias, ya que se puede alcanzar la clase ISO 5 a 7 en solo 10 minutos.
Es evidente que es necesario definir las funciones de los diversos métodos de ventilación en hospitales. No solo salvan vidas, sino que también pueden reducir notablemente el coste de atención al paciente. En relación con ese tema, es necesario conocer cómo los requisitos de ventilación para el control de infecciones difieren en relación con la comodidad y los requisitos generales de salud. ¿Cuáles deberían ser los requisitos de ventilación para el control de infecciones transmitidas por el aire y qué otras medidas deberían aplicarse de forma conjunta para solucionar la transmisión de infecciones nosocomiales? Es necesario investigar aún más en los próximos años para comprender mejor las fuentes de contaminantes y sus vías a través de grandes espacios abiertos con desplazamiento de personas.